La indexación y el comportamiento del consumo serán fundamentales para el futuro de este indicador.
Presentados todos los datos de la inflación para 2024, con un 5,20% de variación anual al cierre del año pasado, el mercado local centra ahora su atención en lo que vendrá con el costo de vida para la vigencia en marcha, dado que si bien todos dan por descontado que seguirá cayendo, la pregunta se centra en el ritmo de descenso, que para algunos no sería tan marcada en los próximos meses.
Algunos factores como la indexación, el comportamiento de las tarifas de servicios públicos, los gastos escolares y una posible alza en el precio de los combustibles, si se concreta, tendrían un impacto directo en los resultados de aquí en adelante. No obstante, el llamado por ahora es únicamente a que se haga un seguimiento detenido.
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En primer lugar, expertos de Scotiabank Colpatria aseguran que enero y el primer trimestre suelen ser épocas de ajustes significativos en precios, que se derivan de las acciones económicas finales del año que acabó y las referencias que marcan temas como el arriendo, así como los ajustes de la Unidad de Pago por Capitación en la salud.
“Por ejemplo, el incremento del salario mínimo y la inflación al cierre de 2024 afectarán rubros como arriendos, transporte público y peajes. El dato de costo de vida para diciembre sirve como referencia para estas variaciones. Además, sectores como restaurantes y servicios ajustarán sus precios con base en el incremento salarial”, explicaron.
Alzas que ya se dieron
En todo esto hay que tener presente que el calendario del 2025, comenzó con varias alzas que anunció el Gobierno, como el ajuste de precios como el diésel, que subió $169 desde el 1 de enero y alcanzó un valor de $10.725 por galón, mientras que la gasolina corriente, con un aumento de $91, ubicándose en un promedio de $16.085.
Además, los peajes sufrieron un alza inicial del 2,7%, correspondiente a una porción de la inflación de 2023. Por otra parte, la Superintendencia Financiera anunció que el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (Soat), tiene nuevas tarifas máximas para 2025, aunque acá se debe dejar claro que algunos precios experimentaron una reducción del 8,68%, y se mantuvo el descuento del 50% para las categorías con rango diferencial.
La salud y el transporte público también hicieron parte de los aumentos que deberán vivir los colombianos en el comienzo de año y sumado a esto, las proyecciones apuntan a una ligera desaceleración de la inflación en Colombia, impulsada por una política monetaria más estricta y una posible estabilidad en los precios internacionales de materias primas.
Aunque se espera que el índice se acerque al rango meta del Banco de la República, factores como la tasa de cambio, el clima y las tensiones globales podrían generar presiones al alza en sectores clave de la economía.
Cortos de plata
En medio de las alzas y ajustes que ya se hicieron y faltan por llegar, expertos como Camilo Herrera, fundador de la firma Raddar agregan que en el arranque de año se suele vivir lo que él conoce como la ‘cuesta de enero’, un fenómeno que se caracteriza por una ligera caída en el flujo de caja de los hogares después de los gastos de diciembre.
“El gasto de los hogares en los primeros meses no se ve impactado por el tema de inflación de manera importante, porque la mayoría de las personas tienen un aumento en su salario y eso hace que recoja o absorba por lo menos muchos de los aumentos de precios. El dolor de cabeza de enero es que la gente recibe plata a final de enero y a la mayoría de los hogares les pagaron el 20 de diciembre. Entonces no son 30 días sin ingresos, sino 40, 41 días sin ingresos y eso tiene un impacto importante”, explicó.
Este analista agregó que “en enero hay unos precios que van a subir cerca del 15%, 16%, 17% del total de inflación del año, pero en febrero tienden a darse inclusive unas alzas mayores de manera puntual. Claramente sí hay unas presiones inflacionarias en el mercado colombiano, sobre todo por el rubro de alimentos que ya comienza a tener un impacto”.
Herrera dijo también que este año se sumará una nueva presión por cuenta del aumento del impuesto a los alimentos ultraprocesados, bebidas gaseosas y empaques plásticas, que podría revertir la tendencia que la inflación ha mostrado recientemente.
“Ahí va a haber un impacto que hay que tener en la mesa puntual en enero, donde cambia eso. Entonces no sería raro que en enero la inflación no ceda tanto o inclusive suba, posiblemente en febrero también, pero puede que a lo largo del año se regule”, manifestó.
Otros expertos consultados por Portafolio resaltaron que los rubros de alimentos y transporte podrían seguir siendo los más volátiles debido a condiciones externas e internas, lo que mantendría desafíos para los hogares y la planeación económica y advierten sobre la necesidad de políticas efectivas que controlen los precios y protejan el poder adquisitivo de los colombianos, al tiempo que se fomente una recuperación económica sostenible en medio de este entorno incierto.